La sal, el bicarbonato de sodio, el ácido cítrico y el colorante alimentario son todos aditivos alimentarios.
La sal de Epsom es un aditivo de baño común (laxante).
Es muy higroscópico y se debe tener cuidado para evitar la exposición y el almacenamiento en áreas de alta humedad si se saca de su envase original y no se vuelve a empaquetar adecuadamente.
Los residuos producidos se pueden desechar por el desagüe.
El uso de materiales domésticos benignos y una reacción cuyos productos pueden eliminarse con un daño ambiental mínimo es consistente con los 12 principios de la química verde.